HOY EN FUTBOL GARRINCHA: "LA ROJA CONTRA LA HISTORIA" Y "EL REINO MAGIGO"

HOY EN FUTBOL GARRINCHA: "EL MENU DE LA EUROCOPA"

sábado, 10 de julio de 2010

A LAS PUERTAS DEL CASTILLO


La princesa copa echa una mirada lánguida por el ventanuco de la
torre y ve un rastro de sangre en las rampas del foso que rodea
el castillo. Su padre, el Rey Fifa, fijó la fecha del domingo, 11 de
Julio, para decidir cuál de los 24 príncipes aspirantes se casaría
con ella. Durante unas semanas, al pie de la torre principal ha
habido mucho ruido: justas, torneos, enfrentamientos, rudas
proclamas de intenciones, quejas... En realidad, a la mayoria de
los contendientes no les hizo falta enfrentarse de verdad entre
sí para caer fulminados; el dragón del aburrimiento los liquidó
de buenas a primeras con una sola bocanada de fuego. Copa
mira los cadáveres amontonados y piensa: "Que lastima. Tanto
ruido, tanto esfuerzo y la verdad es que ni siquiera recuerdo
los nombres de muchos de ellos. ¿Como era ese de ahí?
¿Esloque? ¿Republica de dónde? ¿Y contra quién luchó aquel
otro? Qué más da. Casi todos han caído sin poder siquiera
acercarse a ella, clavar una mirada en sus carnes, soñar al
menos con poseerla por un segundo. No tuvieron tiempo ni
de decir adiós.
A otros, en cambio, los recuerda muy bien, pero no por su
desempeño en los torneos, sino por el murmullo que se armó
a su llegada. Venían de reinos importantes cargados de rique-
zas, con títulos aristocráticos que a la hora de la verdad
resultaron engañosos: El principe de Francia, tan perfumado
y famoso, pero luego tan chavacano; el de Inglaterra, que
antes de hacer el ridículo dio un poco de miedo; el de Brasil
que se anunciaba como un buen bailarín y resulto ser un
burdo minero. "Que raro piensa la princesa copa, no veo al
barbudo por ninguna parte". Nunca entendió a ese aspirante .
Caminaba entre los demás con algo de soberbia y los miraba co-
mo si ya antes fuera, o hubiera sido, un rey importante. Los re-
taba, con desprecio, con un punto de chulería. "¿Qué te pasa?"
les preguntaba. "¿Estás nervioso?" En algún momento del
torneo, Copa llegó a imaginarse casada con aquel pretendiente
vigoroso y altivo, pero lo acabó descartando por su manera de
chulear a los rivales. "No somos nada-piensa Copa-. Ahí mismo
, detrás del barbas que se lo iba a comer todo, está el alemán
que lo mató". Pero es que también él esta muerto. Entero, si
puede decirse así, honroso y valiente. Ha caído como un caballe-
ro, pero ha caído.
A la princesa le aburren los perdedores. Bosteza, se repasa las
uñas con una mirada indolentes y está a punto de apartarse de
la ventana cuando un ruido inconfundible la saca de sus pensa-
mientos: hay alguien en la herrería, afilando las armas. Hacía
allí dirige Copa su mirada. Vaya son dos jóvenes apuestos.
Serán los supervivientes. Ambos parecen ilesos, casi intactos.
No traen las joyas de los grandes imperios históricos del futbol,
ni sus ricos patrimonios, pero, en contrapartida, parece que ca-
minan ligeros y ágiles. Hay un rubio y un moreno. Ninguno de
los dos es feo. Al contrario, da gusto verlos. Tampoco nos enga-
ñemos, esto no es un concurso de baile, sino un torneo a muerte.
Sabrán batirse en duelo de sangre. Por eso resuenan la piedra
en los filos de sus espadas y no hay que ser muy observador
para darse cuenta de que ambos llevan en la mirada una ambi-
ción letal y el poderoso convencimiento de que la historia los ha
depositado a las puertas del castillo en el momento exacto y con
las fuerzas necesarias. Los ve caminar entre los cadáveres con
la cabeza alta y una buena sonrisa en la cara. También ella
sonríe: ya sabe que, pase lo que pase no va a caer en manos de
un bruto. Ambos sabrán tratarla con cariño. Ya están llamando
a la puerta.
ENRIQUE DE HÉRIZ

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