HOY EN FUTBOL GARRINCHA: "LA ROJA CONTRA LA HISTORIA" Y "EL REINO MAGIGO"

HOY EN FUTBOL GARRINCHA: "EL MENU DE LA EUROCOPA"

domingo, 22 de junio de 2014

EL CARPINTERO VOLADOR


Millones de personas han visto a Miroslav Klose bocabajo. También en otras posturas, pero la primera es por la que mejor se le reconoce. El futbolista alemán, de 36 años, tiene por costumbre jugar con la gravedad cuando celebra un gol, (completa un mortal hacia adelante), cosa que hace a menudo, sobre todo en los Mundiales. Su gol ante Ghana ayer en el estadio Castelao de Fortaleza le valió para empatar a Alemania y a él para empatar con Ronaldo Nazario en la sala de los máximos goleadores en una Copa del Mundo. "Veinte partidos y 15 goles no está mal, pero tenemos que jugar bien ante Estados Unidos". Estas fueron las 'emocionadas' palabras del jugador alemán tras el encuentro. Una simple frase que resume de manera detalla el carácter de Klose. 
Nacido en Opole (Polonia), es hijo de un exjugador de fútbol y de una exjugadora de balonmano, los dos polacos. Su padre, Józef, hizo carrera en Francia, en el Auxerre, y su madre, Barbara, defendió la camiseta de Polonia en 82 ocasiones. Abandonaron su país natal en 1978, durante el régimen comunista, y tras una breve estancia en tierras francesas se instalaron en Alemania. Allí comenzó su trayectoria como jugador, en el Kaiserslautern, y ha sido en los estadios germanos donde ha desempeñado casi toda su carrera (Werder Bremen 2004-2007, Bayern de Múnich 2007-2011), aunque acumule ya tres temporadas en el Lazio italiano. Pero todo esto no hubiera sido posible si no hubiese superado antes una premisa inquebrantable. "Mis padres solo me permitieron perseguir mi sueño de ser futbolista si me sacaba el título de formación profesional", confesó en una entrevista para la FIFA antes del comienzo del Mundial. Y así lo hizo, obtuvo el título de carpintería, y de los 17 hasta los 21 años se dedicó a trabajar en el oficio. Después llegó el fútbol.

¿Pero cómo un jugador tan alejado del arquetipo de depredador ha conseguido superar, por ejemplo, a una leyenda como Gerd Müller (14 goles)? ¿O igualar a Ronaldo ("¡Bienvenido al club, imagino tu felicidad!", le felicitó el brasileño)? Es una pregunta complicada, pero estadísticamente resoluble. Desde que se vistiera la camiseta de Alemania por primera vez en un amistoso en 2001, no ha dejado de marcar. A sus espaldas lleva ya cuatro mundiales (2002, 2006, 2010 y 2014) y ha anotado en todos ellos: siete en Japón y Corea, otros tantos en Alemania, cinco en Sudáfrica y uno (de momento) en Brasil. Es una constante, de ahí el récord. "Cuando no les das vueltas, los goles vienen solos. Todo lo que tengo que hacer es estar en el lugar preciso", sentencia con parsimonia.En el césped es donde encontró la felicidad. En los 641 partidos disputados hasta la fecha en 14 años como profesional ha marcado 274 goles. 70 de ellos con la selección de Alemania, lo que le convierten en el máximo goleador de la historia de laMannschaft, a la que decidió representar en vez de a Polonia. Igual que su compañero de vestuario, Lucas Podolski, lo que no gustó en su país de origen. Sin embargo, Klose hace vida de polaco. Su mujer Sylwya es polaca, y en numerosas ocasiones ha reconocido que en su casa no se habla alemán. Un idioma que sus hijos, los gemelos Luan y Noah, "están aprendiendo en el jardín de infancia".
Único delantero de referencia en la plantilla confeccionada por Joaquim Löw, Klose sigue demostrando que para eso de marcar tiene una facilidad asombrosa. "Le he dicho al entrenador que estoy contento en cualquier posición", dijo tras el encuentro. Toda una declaración de intenciones. Más complicado tendrá evitar el impulso de volar tras marcar un gol. "Un día Noah trató de imitarme después de verme por televisión y se lesionó. Me he dado cuenta de que debo parar por temor a que suceda una desgracia en mi casa el día menos pensado", confesó días antes de viajar a Brasil.
Pero si el gol es algo que le sale con naturalidad, las volteretas van en el mismo paquete. Y es probable que todavía le queden unas cuantas en la caja de herramientas. Esa de la que sacó el martillo para meter las botas.
GORKA PEREZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario