A traves de XFM una radio de Manchester los oyentes del
Breakfast Show llaman cada mañana para comentar la última anécdota o rumor
relacionado con Mario Balotelli “Cada
vez que alguien lo ve, nos llama y nos
alerta sobre que estaba haciendo”, explica Tim Cocker, el presentador del
programa. El delantero del City se ha convertido en una leyenda urbana en la
ciudad. El día que le dio mil libras a un vagabundo en la calle. El día que
llenó el depósito de todos los que estaban en la gasolinera donde repostaba su
Maserati. El día que entró en la biblioteca de la universidad para pagar las
multas de todos los estudiantes que habían devuelto tarde sus libros. El día
que aparco en doble fila delante del Xaverian College, la escuela más reputada
de la ciudad, y se fue a la búsqueda
desesperada de un lavabo. ¿ Verdad o mentira? Nadie lo sabe, pero con él todo
es posible. Ni la gente más cercana de su entorno es capaz de valorarlo. “He perdido tres años de mi vida hablando
de Mario, no lo haré mas. Ya basta” ,
zanja Cristina su propia hermana.
Esta nebulosa entre el mito y la realidad no ha surgido
alrededor de Balotelli a consecuencia de su fama. Le persigue desde niño “Lo primero que me dijeron de él es que
meaba en las mochilas de los otros chicos”, evoca Andrea Ferrarese, amigo
de Mario desde que le conoció con diez años en Monpiano, un barrio al norte de
Brescia. Ferrarese compartio su infancia con “Supermario”, tanto en los
terrenos de juego como fuera de ellos, y confiesa no sorprenderse nunca cuando
en televisión se entera de que ha estado a punto de quemar su casa o cunando le
ve pelearse consigo mismo para colocarse un peto. Despues de tanto tiempo
todavía no tiene claro si le quiere o le odia. Tampoco lo sabe Marco Pedretti,
compañero de vestuario del jugador citizen en Lumezzane, equipo en el que Mario
jugo a partir de los 11 años. “Era
simpático pero tremendamente pesado. Llego un momento que no podía soportarlo
más y hasta quise cambiarme de club” resume.
EL NIÑO PERTURBADO
En Brescia Balotelli no es una rock star como en Manchester.
En la ciudad lombarda vivió hasta los 17 años y Ferrarese describe como, aún
ahora, si sale una noche por los bares del centro, no es raro que le acaben
silbando y “lanzandole algún vaso a la
cabeza” Brescia es un rincón gris e
industrial, el ‘vedettismo’ no encaja demasiado. El actual enfant terrible del
fútbol mundial llegó a Concesio, un barrio a las afueras de la ciudad, con dos
años. Su apellido no era Balotelli, sino Barwuah. Hijo de padres ghaneses que
antes de llegar a Brescia pasaron por Sicilia, Mario nacio en Palermo. Sus
padres luego probaron fortuna en Lombardía. Vivían en un apartamento minúsculo
junto a 20 africanos más. El entorno no era el ideal para un bebé y lo
entregaron a los Balotelli. En Concesio se encontró con una familia nueva, una
casa amplia, una hermana y dos hermanos adoptivos y un barrio repleto de
blancos. “Cuando llego aquí con cinco
años, era el unico chico negro entre 250”, rememora Mauro Tonolini, el
antiguo presidente del USO Mompiano, su primer club. Y no se puede decir que el
pequeño Mario conviviese bien con aquel panorama.
“Ha sido el chico mas
perturbado con el que jamás me he enfrentado. Tenía un problema de identidad
evidente. Lo primero que me llamo la atención es que se dibujaba con la piel
rosa. Yo le preguntaba. ‘¿Es asi realmente como te ves?’ Vivía en la negación
de Africa. Me preguntaba a menudo si su corazón por dentro, también era negro.
Recuerdo que a la hora de la merienda, si le dábamos un platano, salía
corriendo enfadado” . Las reflexiones de Tiziana Gatti su antigua maestra
en la escuela de Torricella, ayudan a conectar los recuerdos de una infancia
traumática con actuaciones como la del Emirates hace tan solo algunos meses
donde propino una brutal patada a Alex Song.
El asunto racial se combinaba con su situación
administrativa. El estaba tutelado por los Balotelli, pero no podía ser
adoptado oficialmente. ¿Consecuencias? Primero, eso le negaba el tener un
pasaporte, era un niño apátrida. Segundo, los Balotelli debían renovar
regularmente ante la administración su compromiso para seguir cuidando de él.
Tercero, estaba obligado a visitar a su familia biológica cada cierto tiempo.
Para el joven Mario aquello suponía una tortura interior “Cada día durante cinco años me hacía la misma pregunta: ¿Me van a
hacer volver a Africa señorita?” , desvela Gatti. Mario no fue oficialmente
Balotelli hasta los 18 años. “Cuando
íbamos a los campos, teníamos que ir siempre a hablar con el speaker de turno
para que le anunciase como Mario y no como Barwuah. Si esto no sucedía, el se
negaba a jugar” narra Giovanni Valenti, primer entrenador suyo en el
Mompiano y luego en el Lumezzane.
Todos aquellos que tuvieron trato con el joven Balotelli
entonan un discurso melancólico y coinciden, no se le podía tratar como al
resto. Nadie le llegó a entender jamás. Andrea Ferrarese guarda en su cabeza la
imagen de una fiesta de cumpleaños en la que todos los niños estaban reunidos
para participar en las actividades dispuestas por los padres de Balotelli. Todos
menos uno, Mario, el rey de la jornada,
solo en un pasillo golpeando la pelota contra la pared, nunca tuvo
muchos amigos.
Es imposible disociar el Balotelli jugador del Balotelli
persona. En Mompiano, durante un partido, decidio que ese día se dedicaría a
hacer bicicletas para luego simular que él mismo se quitaba el balón,
enviándolo a saque de banda mientras sonreía a su entrenador. En un
Italia-Islas Feroe sacó su iPad mientras esperaba su turno en el banquillo.Y,
como no, las peleas. En todos sus equipos ha llegado a las manos con alguno de
sus compañeros, aunque quizás el episodio más renombrado sea el que tuvo con
Materazzi, justo después que Mario lanzase su camiseta al suelo frente a la
grada de San Siro. Marco le cogió del cuello y no le soltó hasta que le hizo
entender cuáles eran las reglas del vestuario “Es un provocador lo malo es que no sabe calcular las consecuencias des
sus provocaciones” cree saber Vincenzo Esposito, extécnico de los juveniles
del Inter. Su anécdota preferida es la de la previa de un partido durante la
cual en la previo machaco a sus chicos sobre la importancia de la preparación y
Balotelli se fue a comprar un helado para darle lametazos justo delante de sus
ojos.
Sus tonterias han marcado su carrera desde los ocho años. De
hecho, su irreverencia debería de haberle apartado del camino del fútbol
profesional y, sin embargo, por lo menos hasta ahora siempre se ha hecho
perdonar.
EXCESO DE CONFIANZA
De todos modos, Mario siempre tendrá gente que lo defienda.
Giovanni Valenti su mentor, lo tiene claro: “Siempre ha estado por encima de los demás. Siempre lo estará. Lo tiene
todo: el físico, la técnica, la velocidad, el regate. Puede jugar como
referencia, a lo Luca Toni, a la contra como el mejor Henry, o en pequeños
espacios como Benzema” . Aunque poco objetivo, razón no le falta. El
internacional italiano jamás ha dejado de impresionar sobre el césped. Con 15
años, Valter Salvioni le hizo debutar con los profesionales del Lumezzane. “Lo convoque para un partido contra el Padova.
Ellos eran segundos, nosotros penúltimos. Faltaban 30 minutos y perdíamos. Lo
cambie por un jugador al que le dije: “ lo siento, pero Mario es más rapido y
más fuerte que tu”. Ganamos”, detalla. Diez partidos más tarde se marcho al
Inter. No tardo en llegar al primer equipo y en su tercer partido se anotó un
doblete contra la Juve. Era
el 30 de Enero de 2008 y jamás mostró el mínimo entusiasmo con nada de lo
conseguido.
Todos explican esa pose indiferente por un motivo. Desde que
tenía cinco años todos le llamaban ya ‘Super Mario’ “Repetía continuamente que sería el primer negro en jugar con la
‘Azzurra’ y que si no festejaba los goles era porque lo haría el día que
marcase en una final de un Mundial con Italia” confiesa Sergio Viottio
portero reserva de la sub 21 y amigo de Mario desde los seis años. En veranote
2006 el Barça era campeon de la Champions
League y Balotelli hizo una prueba de tres partidos con los
azulgrana. El dictamen fue evidente, sus ocho goles le abrían las puertas de La Masia , pero Mario se decolgó
pidiendo una cantidad exagerada de dinero. “Sabia
que si no le cogían alguien lo acabaría haciendo” , sonríe Ferrarese.
Esa suficiencia le ha hecho introlable para la mayoría de
sus entrenadores. Valenti,Cavalli y hasta hace unos días Mancini parece que son
los únicos que han sabido encontrar la formula para domarlo: de cada dos,
castigarle una vez y hacer como si nada la otra. “Si se le obliga es incontrolable”
Mario decidió partir hacia Inglaterra cansado de silbidos e
insultos en Italia, 28 millones hiciero posible el viaje a las Islas, la
primera oportunidad en su vida de estar solo. Sus padres habían elegido el
Inter y no la Fiorentina
para tenerlo más controlado, pero en una gran ciudad como Manchester, nadie iba
a poder poner freno a su espiritu contestatario. En Inglaterra ‘SuperMario’ ha
dado rienda suelta al niño que lleva dentro, el City le vino como anillo al
dedo, el es el heredero de ese aire rock que sopla en la ciudad, uno de los mas
famosos seguidores de los Citizen declaro “Olvidadme
la nueva rock star es Balotelli”. Palabra de Noel Gallagher.
Balotelli ha encontrado en Manchester un hogar. Tras la
exhibición en Old Trafford del pasado octubre, se paseó en descapotable por la
ciudad chocando los cinco con su pueblo. Mario es un habitual del downtown
disfruta del contacto con los suyos. “Creedme
no está loco, yo jugue con Paul Gacoigne” explica Pierluigi Casiraghi,
técnico de la sub 21 italiana.
Cuentan que en
Nochebuena, tras ofrecerse una fiesta de nuevo rico, Balotelli se dirigió a la
humilde iglesia de Saint John, en Charlton. El padre Mac Mahon lo confirma: “Estaba en el fondo, junto a su compañera y
otra pareja” ¿Aprovechó para confesarse? “No, no mejor que guarde el diablo dentro suyo” declaro el clerigo.
SIMON CAPELLI-WELTER
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