Tal cual. Croacia utilizó todo su esfuerzo, en el primer tiempo y
buena parte del segundo, en dificultar la elaboración de España, y lo logró.
Clausurada por afuera y rodeados Iniesta y Silva, a España se le gastaba la
pólvora en tres cuartos de cancha, pero no conseguia llegar con posibilidades
de gol. Es decir, el partido se presentaba según lo previsto y Croacia era el
equipo dificil de superar, tal como se esperaba.
El toque. Entonces la sucesión de pases resultaba anodina,
inoperante, sin sorpresa, muy lenta. Aun así, el toque le permitía a España
tener el partido bajo control. Después de todo, Croacia, que tenía que ganar
para seguir en el torneo, renunciaba explicitamente al ataque. Apenas un tiro
inocente al arco en los primeros 45 minutos.
¿Qué le faltaba a
España?. Para que el toque
sirva de distracción tiene que tener velocidad, no de los jugadores, sino mas
bien de la pelota. Si la pelota viaja lenta no distrae y sin distracción se
facilitan las marcas. Además, no había cambio de ritmo en los últimos metros,
donde es necesario acelerar para sorprender. Torres quedaba encerrado y los
laterales esta vez no aportaron demasiado en ataque.
Al final, otro
partido. Hasta los 20 o 25
minutos el panorama no cambió, aunque en España aparecieron algunos síntomas
preocupantes de cierto nerviosismo. Sobre todo en la coordinacion defensiva.
Cuando Croacia al fin se decidió a ir por el partido, esos síntomas se pusieron
en evidencia. Los croatas tuvieron dos ocasiones clarísimas de gol que salvó Casillas y por algunos minutos hasta le disputó
la pelota a España.
Cambio. En principio, el cambio de Navas por Torres no parecía demasiado
lógico, porque entraba un extremo que desborda y tira centros, pero se iba
precisamente el receptor mas apto de esos centros. Sin embargo, salió bien. Y
especialmente porque el ingreso de Fabregas por Silva, que aún no encuentra su
mejor nivel, aseguró mejor la pelota y le aportó llegada también. Navas le dio
mas apertura a la cancha y mayor profundidad al ataque.
Casillas. Un equipo que aspira a ser campeón como España, necesita
un arquero como Casillas, que salva las que tiene que salvar en los momentos
precisos. Atajó un cabezazo de Rakitic a tres metros que hubiera cambiado las
cosas radicalmente.
Cuando no tengas ni
fe..., dice un tango, "ni yerba de ayer secándose al sol",
entonces hay que pensar que todavía está Iniesta. Nunca deja de intentar lo
mejor. Cuando terminaba el partido y aumentaba la angustia, fue a buscar un
pase espléndido por bonito y preciso, de Fabregas, la controló con el pecho y
le dejó a Navas todo el arco libre para empujarla y pensar en el siguiente
rival. El alivio de contar con un crack de este nivel permite mantener la
ilusión hasta el final, por más que las cosas no salgan como se desean.
De todos modos, España buscó
siempre, asumiendo errores, sin especular nunca, ni pensar en el resultado.
Jugando siempre, a pesar de los malos momentos, insistiendo con la convicción
de que alguna tiene que salir. Es curioso para los equipos que proponen jugar
se les carga con toda la responsabilidad del partido. A los que sólo defienden
les basta con que el rival no les haga gol. Como si Croacia no hubiera tenido
la obligación de ganar.
Para corregir. Las dos ocasiones de gol de Croacia se originaron en dos
pelotas cruzadas, donde apareció completamente solo un rival. Es una acción que
suele emplear España para sorprender. No estaría bien que fuera sorprendida con
el mismo recurso, ¿no?. Habrá que buscar una solución cuando Iniesta y Silva
estén tan marcados para que no se agote la imaginación. Hay otros caminos para
emprender, que seguramente encontrará España.
ANGEL CAPPA
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